Extremúsika 2023: El Triunfo de lo Ecléctico

 

Para los románticos del festival de hace 20 años que solo veían a Quevedo en el cartel; deberían dejar ése romanticismo aparcado cual Motoretta y no seguir leyendo, ahorrarán tiempo de su vida. Extremúsika es un festival que reúne a los artistas más top de la música nacional: hip hop, urban, trap, rock, fusión y electrónica. Nunca una frase tan recurrente y usada como *renovarse o morir* viene mejor para definir un festival que lejos de querer fallecer en el intento, logra un éxito rotundo en su nueva manera de enfocar la diversidad musical del momento. Las cifras son de 81.000 personas a lo largo de los 3 días que ha durado.

 

Los románticos del festival de hace 20 años que sigan leyendo tienen que tener en cuenta que es una iniciativa privada, eso si, con ayudas regionales. Ya el año pasado se intuía (no hacía falta ser Watson) que el Extremúsika iba a cambiar de pelo y subirse al carro de los sonidos y grupos actuales. Esto no hace sino que hacer crecer al festival una barbaridad en cuanto a presencia de público juvenil que es de lo que se trata. Extremúsika se celebra en una ciudad universitaria. Vamos atando cabos.

 

 

Si no lo sabes querido lector y querido romanticón, un festival de las características de Extremúsika se hace para ganar dinero o al menos no perderlo y eso incluye tener en el cartel a los más granado del momento, obligándoles a introducir géneros y artistas que poco se identifican con el género con el que nació el festival… pero se trata, repito, de atraer al público más joven para no perecer en el intento. Si tenemos que mezclar la churra con la merina lo hacemos que no pasa nada. Pastan en paz y tranquilidad, disfrutando cada una de su pasto.

 

 

La localización de los escenarios ha sido la misma y la amplitud de la que se gozaba con los primeros grupos se veía inundada a ciertas horas de la tarde-noche, pero en todo momento la intensidad de los conciertos de los demás grupos que no son ese chaval que mueve a miles de jóvenes se disfrutó a rabiar entre los miles de asistentes que iban a disfrutar de más de 50 artistas. La concurrencia infantil y juvenil acompañada de sus padres se veía desde el primer día y a primeras horas dando credibilidad a mi idea de que el Extremúsika es ya un festival familiar a todos los efectos. Si en la próxima edición el Rock en todas sus variantes cambia al escenario Mr. Bellota tampoco me sorprendería. Es más, lo vería casi que normal. Somos menos rockeros cada día y el relevo generacional brilla por su ausencia.

 

 

Si eres de los que piensa que el festival es una mierda porque estaba un chaval que tiene 588 millones de visitas de una canción, te puedo decir que tiene más canciones y que además sus seguidores también se las saben igual que su megahit. Si eres de los que piensa que el festival es una mierda por el cartel, deberías respetar trayectorias de grupos, bandas y artistas que llevan en algunos casos 50 años, otros 40 o 10 y otros 1 año. Algunos de los presentes me comentaban que se habían comprado el abono de los 3 días según salió porque de los más de 50 grupos, malo seria que no les gustase más de 10. Sabia decisión. A mi me gustaban 21 y vi 23 conciertos.

 

 

Tres días en el Extremúsika dan para mucho sobre todo si tienes 18 años, aunque el cartel pareciese que podría invitar al bostezo en algún momento, todos los que se subieron a los diferentes escenarios intentaron que no fuera o fuese así y la honestidad y profesionalidad hicieron que la gente los disfrutase. Todo era cuestión de ir haciéndose un planning y ver a qué hora tocaban los clásicos y favoritos y a qué hora los que te llegan de oídas que no debes perderte. A mi edad y pese a gustarme casi todos los estilos musicales me perdí algunos/algunas artistas que quería ver, pero es lo que hay.

 

 

Aun así, vi muchas actuaciones que hubiesen sido más si no hubiese llovido. Creo que se puede decir que Extremúsika es ya un festival con peso a nivel nacional y que la próxima edición a celebrarse en el mes de septiembre será otro rotundo éxito. Como dice Harry El Sucio “Las opiniones son como el agujero del culo, todos tenemos una” y esto que lees, es la mía acerca de los conciertos que vi.

 

El jueves solo tenía ojos y oídos para El Drogas y sus 40 tacos de Barricada, pero antes de que se me olvide, también te digo que si el que canta en Los Niños Jesús fuese Pepito Pérez, no estaban tocando en este festival. Inicie el festival intuyendo a El Jose y seguidamente Muyayo Rif…Y comenzaron las risas de Enrique Villareal y su “Silla Eléctrica”. No defraudo a los miles de personas que estábamos allí coreando y dejándonos las cuerdas vocales en los clásicos de una banda que vi por primera vez en 1991. Me pasé a ver a Jarfaiter y FernandoCosta por un escenario petado de juventud. Vi a La Moda mientras cenaba cogiendo fuerzas para echar unos bailables con Boikot. Estaba avisado y dieron un conciertazo como me habían dicho.

 

 

Como el festival dura 3 largos días decidí pasarme a la zona de camerinos y prensa a saludar a los amigos para seguidamente irme “al sobre” a descansar puesto que el viernes había mucho que ver y disfrutar. Dormir a 2 minutos andando de “la Conce” tiene su peligro. No aparecí en el recinto hípico hasta las 18:30 de la tarde. Las culpas a ese Bar maravilloso que es el “Nuevo Rialto” oficina de un servidor cuando está en la capital..

 

Entré y me esperaba la fiesta de ska, reggae y rock que vierten La Regadera sobre los que allí estábamos. Son sinónimo de jarana garantizada. Un paseíto para ver el fenómeno Morad de cerca y a la maratón: Mago de Oz, Eskorzo, Obús y …el puto agua. Mago de Oz en su salsa, Eskorzo dando un señor concierto y Paco y Fortu dispuestos a que mis cuerdas vocales terminaran de estallar con los éxitos de un grupo mítico…Y querido lector, a mi edad el frio pase, pero el agua es mi enemigo nº1. Vi de lejos a Ska P mientras me encaminaba a coger el Bus que me llevaría a la ciudad a sabiendas que me perdía a Hora Zulú y El Ultimo Ke Zierre. Que me perdonen, pero insisto, agua no.

 

Al día siguiente misma jugada, misma placita, mismo garito y misma hora de llegada al recinto. Se olía, se intuía y se veía a la legua que era el día del fenómeno Quevedo.  Familias al completo llegaban al recinto hípico con ganas de disfrutar de un día inolvidable por muchas cosas incluídas las cargas policiales y los palos de los seguratas durante a la actuación de Talco. Que pena y que manera de enguarrar un fin de fiesta épico.

 

Empecé con Celtas Cortos, que es de esos grupos que llevo escuchando toda la vida y que siempre te hacen cantar. Ideal como toma de contacto para un sabadete festivalero. Me partí en 2 y gocé con Miguel Campello y Los Chicos del Maiz. Campello cerró su actuación con una “Rokapankis” épica…Y nos dieron las 23:30 y se paralizó Extremúsika. Salió al escenario Quevedo y cantó, hizo gritar, cantar y llorar a sus fans. Mucha gente dentro de 20 o 30 años dirá aquello de: “Yo vi a Quevedo en Cáceres”. Era lo esperado por un 90% de los allí presentes y se notó. La poca energía que me quedaba la consumí viendo a La Pegatina. ¡¡Vaya fiestón!! Espectaculares. Nunca los había visto y montaron la mundial.

 

 

Me fui caminando mientras escuchaba a lo lejos a los italianos Talco y su Ska Punk sin saber que iban a suceder hechos penosos que ensuciaban un festival que había sido perfecto hasta ese momento. Extremúsika 2024 se celebrará los días 26, 27 y 28 de septiembre. En esta edición han pasado por el recinto ferial 81.000 personas lo que le consolida como uno de los festivales más importantes en la agenda musical española y eso es de agradecer.

 

Gracias al amigo José Gómez por las fotos. Te debo una colega. Queda mucho, pero si puedo, estaré en el 2024.

 

 

VJ Rodriguez